Partimos para el planteamiento y el desarrollo de
esta actividad de la necesidad de crear entornos de aprendizaje motivadores,
lúdicos y participativos como complemento de los contenidos estrictamente
curriculares. Por ello, aprovechamos la festividad de Todos los Santos, con
tanta tradición en nuestra cultura, y la unimos a la cada vez más celebrada
fiesta de Halloween anglosajona. En esta ocasión, y debido a la situación en la
que nos encontramos por la Pandemia Covid-19, hemos realizado la actividad en
pequeño grupo, respetando escrupulosamente todas las medidas
higiénico-sanitarias.
Nuestros alumnos de 2º y 4º de ESO han recopilado un conjunto de leyendas relacionadas con estas fechas preguntando a sus mayores y recogiendo algunas historias legendarias de nuestro pueblo.
Aquí os dejamos algunas:
LA TORRE SANGRIENTA
La Orden del Temple o de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón fue fundada en Jerusalén en el año 1118 con el objetivo de proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Tierra Santa. Fue una de las más famosas órdenes militares cristianas de la Edad Media y se mantuvo activa durante casi dos siglos. Con el paso del tiempo esta enigmática y controvertida comunidad de monjes-guerreros se fue convirtiendo en una organización muy poderosa, con unas estructuras jerárquicas, financieras y militares muy sólidas. El hecho de que dependieran únicamente y en última instancia del Papa, hizo que prestaran ayuda también a los reinos cristianos de la Península Ibérica en su particular cruzada contra los árabes.
A comienzos del siglo XIV el Papa Clemente V decretó en el Concilio de Vienne la bula pontificia "Vox Clamantis" por la que se ordenó disolver la Orden Militar del Temple.
Los caballeros templarios fueron acusados, parece ser que de forma injusta, de graves delitos de herejía, idolatría y malas prácticas, acusaciones que no creyeron en los reinos cristianos de la Península Ibérica. Pero, en cualquier caso, las distintas encomiendas o bailiatos se vieron obligados a acatar la bula papal y renunciar a la Orden entregando sus tierras y armas bajo amenazas de muerte. A pesar de que los caballeros templarios consideraron falsas estas acusaciones, la mayor parte de ellos confesó su culpa para librarse de la hoguera con la que los amenazaba la Santa Inquisición.
Pero no todos sus miembros admitieron su culpabilidad y renunciaron a la orden, concretamente en la Encomienda de Jerez de los Caballeros un reducido número de bravos caballeros templarios se hizo fuerte en el castillo y se negó a renunciar a la Orden. No podía romper el juramento que habían realizado de lealtad eterna al Temple y decidieron defender el sitio hasta la muerte.
Los caballeros con su último comendador al frente, Fray Juan Bechao, aguantaron durante días el asedio de las tropas reales, pero debido a que eran inferiores en número fueron acorralados en uno de los baluartes de la muralla, en la Torre del Homenaje. En este bastión, cuentan que fueron vencidos los últimos templarios. Unos murieron en el fragor de la batalla, mientras otros fueron encerrados en la cámara de una de las torres del castillo para ser posteriormente decapitados y arrojados sus cuerpos al vacío desde las almenas, aquel trágico día un caudal de sangre tiñó el perímetro de la atalaya.
Los muros de esta torre fueron testigos de la sangre derramada de estos monjes-guerreros y se comenzó a forjar la oscura leyenda entorno a este lugar.
Desde entonces, la Torre del Homenaje del castillo jerezano se conoce como la Torre Sangrienta. Todos los caballeros que murieron aquel trágico día, previamente habían jurado en nombre de Dios y del Templo de Salomón que volverían a galopar en sus caballos hacia los Santos Lugares.
Desde entonces, según cuenta la siniestra leyenda, este lugar permanece encantado por el espíritu de los antiguos templarios; que, en las noches sin luna, regresan de la muerte, vistiendo túnicas blancas y enfundados en sus armaduras, alzando la espada de Damasco dispuestos a acudir a Tierra Santa para participar en las cruzadas, tal como lo hicieron en vida.
Lo cierto es que nadie los ha visto jamás, pero dicen que se les oye silbar. Silbidos de ultratumba con los que llaman a sus caballerías. Estos silbidos resuenan en las almenas del castillo con un eco estremecedor, incluso algunos dicen haber oído el relincho de los corceles y el sonido de las armas y armaduras al ser ajustadas.
Al amanecer llega el silencio y la "Santa Compaña Templaria" se retira a los sótanos de la Torre Sangrienta entristecida porque los caballos no han acudido a su llamada y no han sido capaces de cumplir su juramento.
Esto es solo un aperitivo... En breve podremos disfrutar del podcast grabado por nuestros alumnos en el que se incluyen todas las misteriosas leyendas que recopilaron para este día de Todos los Santos atípico pero igualmente divertido e ilusionante que les ha permitido compartir su tiempo con sus mayores y "miedos" con sus compañeros.